“Peronismo” y “dolarización”: dos dilemas para Argentina
Los planteamientos económicos de estos dos candidatos no parecen capaces de responder a las graves dificultades económicas que afronta el país: el peronismo, defendido por Sergio Massa (aunque pertenece a la rama moderada del movimiento) en el pasado, ha demostrado su incapacidad para permitir una nueva transformación. crecimiento sostenible; La «dolarización de la economía», principal medida adoptada por Javier Miley, plantea importantes riesgos. En lugar de medidas clientelistas o radicales, Argentina necesitará avanzar gradualmente hacia un desempeño económico menos intervencionista, lo que implica implementar políticas predecibles a lo largo del tiempo.
Peronismo: ochenta años de fracaso económico
Desde la década de 1940, el peronismo no ha logrado impulsar la economía argentina. El candidato de centroizquierda Sergio Massa pertenece al ala moderada del peronismo. Fundado por Juan Perón en la década de 1940 cuando era presidente de Argentina, el peronismo es un movimiento político y económico de izquierda centrado en la justicia social. Sin embargo, el enfoque económico que defiende, basado en medidas proteccionistas y una fuerte intervención estatal en la vida comercial, no ha logrado mejorar de manera sostenible el nivel de vida de los argentinos.
> El gasto público excesivo ha provocado impagos soberanos (impago de la deuda pública) y crisis de hiperinflación.
El peronismo, dentro de su objetivo de combatir la pobreza, adopta políticas sociales generosas. Pero estas medidas a menudo excedieron los recursos financieros del país, lo que provocó un aumento de la deuda y varios impagos soberanos (como ocurrió en 2001, 2014 o 2020).
Al mismo tiempo, el Estado recurrió a menudo a la creación de dinero (“impresión de dinero”) para financiar el gasto público, lo que provocó un problema recurrente de hiperinflación en el país. Estas políticas erosionan la confianza de los acreedores nacionales e internacionales, complican el financiamiento del déficit público y, en una medida que se perpetúa a sí misma, aumentan el recurso a la creación de efectivo para financiar los déficits o obligan al país a incumplir periódicamente sus pagos total o parcialmente. De sus deudas.
> El peronismo aplica una política proteccionista que ha demostrado ser contraproducente.
Proteger las industrias nacionales mediante barreras a las importaciones ciertamente beneficia a las empresas nacionales, pero tiene varios inconvenientes. En primer lugar, estas medidas aumentan los precios para los consumidores que no pueden beneficiarse de los productos importados.
En segundo lugar, aumenta los costos de producción para las empresas, porque no pueden acceder a componentes de otros países. En tercer lugar, el proteccionismo da a las empresas un mayor incentivo para influir en el poder político que para incentivarlas a innovar.
Protegidas por barreras arancelarias, las empresas están más interesadas en defender la extensión de las medidas proteccionistas que en invertir para ser más eficientes, lo que genera corrupción y nepotismo.
> Los controles de capital ralentizan el comercio y obstaculizan la competitividad de la industria.
La intervención de los dirigentes peronistas los lleva a controlar los movimientos de capital con el mundo exterior. Esta política tiene como objetivo específico apoyar el tipo de cambio impidiendo que los argentinos vendan sus pesos por monedas extranjeras.
Esta medida conduce a una sobrevaluación del peso, lo que dificulta la competitividad de los productos argentinos, lo que es inconsistente con el deseo de apoyar a la industria nacional. La sobrevaluación del peso es evidente en el desarrollo del tipo de cambio paralelo (una especie de “mercado negro” del dólar para eludir los controles de capital): el dólar vale actualmente 350 pesos al tipo de cambio oficial, pero alrededor de 1.000 pesos al tipo de cambio oficial. el tipo de cambio oficial. Tipo de cambio paralelo.
Además, los controles de capital alientan a todos los agentes económicos (nacionales o extranjeros) a no invertir en el país por miedo a no poder retirar su dinero. Esto aumenta la dificultad de financiación de las empresas, los déficits públicos y… finalmenteEsto hace que el valor del peso caiga, a pesar de que se supone que los controles de capital respaldan su valor.
“Dolarización”: un tratamiento radical (excesivo) contra la inflación
- Inflación en Argentina: «Dolarización»
El aumento de precios se detendrá inmediatamente.
Argentina sufre una inflación crónica. En las últimas décadas, Argentina ha experimentado varias olas de inflación, como en 1983, cuando los precios aumentaron más del 400% (un aumento de cinco veces) en el transcurso de un año. Recientemente, la inflación ha vuelto a subir y se espera que supere el 120% en 2023 (sin embargo, la confiabilidad de estas cifras es objeto de debate, por ejemplo el FMI no publicó datos de inflación en Argentina entre 2014 y 2016 por sospechas de falsificación económica) . *). Esta inflación se debe a la creación excesiva de dinero, particularmente para financiar el déficit público (es decir, la “impresión de dinero”) y a la depreciación regular de la moneda (como resultado del exceso de creación de dinero) que aumenta los precios de las importaciones.
La «dolarización» que pide Javier Miley rompería la espiral inflacionaria en Argentina. “Dolarización” significa, para un país, el cambio de toda su moneda por el dólar estadounidense. Panamá, El Salvador y Ecuador son países dolarizados, es decir, no tienen moneda propia y utilizan el dólar estadounidense. Montenegro utiliza el euro (el término «euro» no se utiliza con frecuencia). Al adoptar el dólar, el Banco Central argentino (que quedaría inutilizado y que el candidato Javier Miley también propone abolir) no podría crear una moneda, lo que pondría al dólar en desventaja. Detener el aumento de la cantidad de dinero. De ahí la inflación. Además, el tipo de cambio frente al dólar se estabilizaría, poniendo fin a la inflación “importada” debido a la caída regular del valor del peso.
- «Dolarización»: riesgos muy altos
La “dolarización”, si logra prevenir la inflación, plantearía otros problemas no menos importantes. La adopción del dólar podría provocar una escasez de divisas en Argentina e impedirá que el país responda a las fluctuaciones económicas con una política monetaria específica.
La “dolarización” puede conducir a una deflación, que puede ser más problemática que la inflación.
La “dolarización” puede ser eficaz para reducir la inflación en la medida en que pueda generar deflación (una caída sostenida de los precios). La deflación presiona la inversión, porque tiende a aumentar las tasas de interés reales y conduce a una disminución del crecimiento, o incluso a una recesión y un aumento del desempleo.
Si Argentina ya no es capaz de atraer dólares a través de la inversión extranjera o lograr un superávit en su balanza comercial, el resultado será una contracción de la cantidad de dinero en circulación y, por tanto, una espiral de caída de precios y recesión.
> La “dolarización” impide la práctica de una política monetaria independiente.
Al carecer de una moneda y de un banco central, Argentina no pudo responder a las fluctuaciones de la situación económica nacional o internacional. Por ejemplo, si Estados Unidos aumentara las tasas de interés del dólar mientras la economía de Argentina necesitaba bajar las tasas de interés al mismo tiempo, el país se encontraría atrapado en una política monetaria inapropiada.
Además, en caso de una crisis bancaria, el país no podrá utilizar su banco central como prestamista de último recurso para rescatar a las instituciones en crisis, lo que puede aumentar la vulnerabilidad financiera del país.
Resolviendo los problemas económicos de Argentina:
trabajo a largo plazo
Los problemas estructurales que enfrenta Argentina son numerosos. El país sufre una elevada deuda pública (a pesar de numerosos impagos en el pasado), déficits públicos y corrientes recurrentes (en otras palabras, déficits comerciales) y una fuerte inestabilidad política. Errores y gestión ineficaz como lo demuestran Alto nivel de corrupción (en el puesto 94 de 180 países) o Baja capacidad para innovar. (en el puesto 69 de 132 países).
Estos múltiples problemas, en gran medida vinculados entre sí, conducen a la fuga de capitales (que hace bajar la moneda), a la financiación de los déficits públicos mediante la creación de dinero y a la imposibilidad de equilibrar las cuentas públicas mediante impuestos, lo que genera inflación.
La estabilización de la situación económica del país sólo puede lograrse mediante reformas progresivas y duraderas. Parece una ilusión que los problemas básicos del país puedan resolverse con la ayuda de una medida radical, como la «dolarización». La mejora de la situación económica del país sólo puede lograrse mediante una evolución política y económica gradual y continua a lo largo del tiempo.
> Reducir la inestabilidad política.
Argentina sufre una fuerte inestabilidad política que lleva a la adopción repentina de políticas económicas radicalmente diferentes (por ejemplo, la transición de la política peronista de los Kirchner a la política liberal de Mauricio Macri en 2015).
Estos reveses repentinos en la política económica erosionan la confianza en la sostenibilidad de las decisiones tomadas por los gobiernos, independientemente de su color político. El proyecto de “dolarización” amenaza así, por su naturaleza extrema, con aumentar la naturaleza errática de la política económica argentina en lugar de darle la previsibilidad que necesita.
> Mejorar el desempeño de la gestión.
Argentina se caracteriza por utilizar una administración grande e ineficiente que afecta las finanzas públicas y el buen funcionamiento de la economía.
La modernización de la administración y la lucha contra la corrupción deberían ser proyectos prioritarios que sólo podrán implementarse con el tiempo.
> Normalizar el desempeño de la economía.
La economía del país adolece de reglas y prácticas (a menudo asociadas con el nepotismo y la corrupción antes mencionados) que difieren de las de la mayoría de los países occidentales: restricciones al intercambio de bienes y capitales y la financiación sistemática de los déficits públicos mediante la creación de dinero en particular. El país se beneficiará al acercarse a una economía de mercado a través… Levantar las numerosas intervenciones estatales en la vida económica.
Pero este desarrollo debe ocurrir gradualmente, de ahí la importancia de la política económica a largo plazo. De hecho, si se liberalizara inmediatamente el tipo de cambio (el precio del peso estaba determinado por el juego de oferta y demanda en el mercado de divisas) o si se levantaran todas las restricciones comerciales, podría provocar un shock violento en sectores enteros de la economía. . acostumbrado a estas medidas.
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Financial Times, “Argentina: El FMI actúa sobre la inflación”, 13 de febrero de 2013
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