¡Olvídalo, 4 días a la semana!

¡Olvídalo, 4 días a la semana!

La misma melodía suena cada Día del Trabajo.

Estamos colgando de la santísima trinidad de la felicidad: ganarnos la vida trabajando menos. Este es el espejismo de la semana de 4 días.

¡El problema es que no podemos permitírnoslo! Ni en los servicios públicos ni en el sector privado.

El fin del gran garrote

Debido a la escasez de mano de obra, la semana de 4 días está pasando factura.

Varios estudios incluso concluyen que conduce a una reducción del ausentismo, el estrés y el agotamiento. Más tiempo libre y un mejor equilibrio entre trabajo y familia, este será el nuevo nirvana.

Sin embargo, la semana de 4 días probablemente sea excelente para las empresas que pueden permitírselo. Pero para la economía en su conjunto, lo que está en juego es enorme.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico ya espera que Canadá experimente el crecimiento económico per cápita más bajo para 2030 y 2060.

En 2060, para tener el mismo nivel de vida que un australiano, ¡tendrás que trabajar 6,8 días a la semana!

Soñar con una semana de cuatro días antes de que se resuelva un problema de productividad significa poner el carro delante del caballo.

Muharram

Es más, nadie se atrevería a decirlo en voz alta, pero ya podíamos ver el daño.

Mire el estado de las redes de salud y educación.

Según el ranking de enfermeras, sólo el 68% de ellas trabaja a tiempo completo.

Entre los médicos generales no existen estadísticas oficiales. Pero según la RAMQ, entre quienes se dedican en cuerpo, alma y otros, el promedio de días que contabilizan los médicos es de 184 días al año. Sin embargo, el número medio de trabajadores en Quebec es de 225.

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¿Y en la red educativa? Como era de esperar, los datos no están disponibles. Pero todos hemos oído hablar de profesores que trabajan 4 días a la semana y dejan a sus alumnos en manos de sustitutos al menos el 20% del tiempo.

Entendemos que estos maestros y enfermeras son estresantes. Es mejor darles un horario reducido que perderlos.

A decir verdad, es el huevo o la gallina.

Si estos trabajadores trabajan semanas completas, a sus reemplazos se les pueden asignar otras tareas esenciales. ¿No obtendrán finalmente los exhaustos el apoyo que han estado pidiendo a gritos?

Horarios flexibles, semanas de 4 días, horarios flexibles, poco a poco se negocian en el sector privado hasta que cada uno encuentre algo de su agrado.

Pero la experiencia muestra que cuando se aplican a la complejidad del convenio colectivo que rige a miles de empleados, se convierten en limitaciones que interfieren con la prestación de servicios.

Y realmente se convierte en una franquicia. El equilibrio está roto.

cultura social

Atrás quedaron los días en que podíamos citar las palabras de John F. Kennedy.

«No preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate qué puedes hacer tú por tu país».

La sociedad ha evolucionado. La profesión ya no es suficiente. El interés colectivo ha dado paso al bienestar del individuo.

Esta es una pieza importante del rompecabezas que debe resolverse con la esperanza de que nuestros servicios públicos vuelvan a funcionar.

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