El notable destino de un antiguo monasterio en Cuba
Llevamos años pensando en ello y trabajando en ello en Cuba. Mientras tanto, la pandemia de Covid-19 ha frenado un poco los esfuerzos, pero el proyecto “Transcultura” nunca ha sido abandonado y hoy se lanza oficialmente: una incubadora cultural, o más bien transcultural, que reúne a 17 países del Caribe. : Antigua Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Cuba, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Montserrat, República Dominicana, Santa Lucía, Saint Kitts y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Trinidad y Tobago. Todo esto bajo el paraguas caritativo de la UNESCO y la Unión Europea, que gastaron quince millones de euros para financiar este audaz encuentro con las artes y el talento regionales.
El ex Monasterio de Santa Clara, en La Habana Vieja, es ahora restaurado y convertido en una escuela que albergará en este luminoso lugar a 132 jóvenes estudiantes que llegaron especialmente a Cuba para formarse en múltiples disciplinas artísticas: música, danza, composición y plástica. letras. Artes escénicas, cine, escritura, restauración y ebanistería, cerámica, mosaicos y vidrieras, textil, etc. La formación se prolongará durante varios meses, o incluso varios años, para que estos jóvenes puedan regresar a su país con conocimientos técnicos que necesariamente serán útiles para todos los residentes de la región. ¿Qué queremos?
En la creación de este Centro Caribeño de Formación Cultural participan siete instituciones académicas: la Universidad de las Indias Occidentales, la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, la Universidad de las Artes, el Instituto Superior de Diseño y la Universidad de San Antonio de los Baños. El Colegio de San Jerónimo de La Habana, el taller de la Escuela de Gaspar Melchior de Jovelanos en La Habana, y por supuesto el Colegio de Santa Clara, un edificio que data del siglo XVII y que en realidad sirve como escuela de artes de restauración del patrimonio. Por supuesto, contamos con un equipo de profesores y profesionales creativos que se encargarán de formar a estos jóvenes talentos en diversas especialidades. También se les impartirán cursos de marketing y gestión, dos herramientas esenciales para el éxito.
Entre culturas, porque no tenemos miedo, cuando somos una nación asertiva, sin complejos, de chocar con otras culturas del entorno, con todo el mestizaje cultural y enriquecimiento personal que ello conlleva. Sin miedo a perder nuestra identidad.
Las clases se impartirán, cuando sea necesario, en tres idiomas: español, francés e inglés, ya que muchos países del Caribe tienen un pasado colonial británico. La mayoría de estos jóvenes pudieron beneficiarse de becas y por tanto no tienen que pagar nada por su estancia en la isla socialista. Tampoco hay necesidad de adaptarse al clima, porque todos estos países están ubicados en el Caribe y enfrentan las mismas condiciones climáticas.
Cuando Quebec se convierta en una verdadera nación, también podremos participar en proyectos interculturales similares, sin temor a perder nuestra identidad y nuestra lengua. Nuestros miedos quedarán atrás.
En el camino hacia una mayor integración económica
La Asociación para la Integración Latinoamericana (ALADI) organiza estos días una feria comercial en La Habana a la que asisten representantes de empresas importadoras y exportadoras de la región. Esta es la primera vez que una exposición de este tipo se realiza en Cuba y va por su décima edición. Empresarios, empresarias y empresarios de 368 empresas de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela viajaron a La Habana para exhibir in situ sus distintivos productos e intentar cerrar acuerdos con el objetivo de abrir nuevos mercados. Los productos que provienen de Cuba están disponibles en el panorama internacional: café, ron, tabaco, cacao, leche, otras fuentes que contienen incluso una muestra completa de productos farmacéuticos, frutas biotecnológicas y un punto de origen, en Cuba.
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