Argentina, socavada por una crisis sin precedentes, quiere restaurar la confianza en su economía

Disminución del producto interno bruto (PIB) en un 19,1% en el segundo trimestre de 2020, aumento de la tasa de desempleo en casi tres puntos en pocos meses (alcanzó el 13,1% de la población activa, un récord desde 2004), aumento en pobreza, que podría afectar a seis de cada diez niños a fin de año … En Argentina, las cifras que muestran las consecuencias de la crisis pandémica Covid-19 son alarmantes: «La pandemia ha asestado un duro golpe a la economía mundial, pero especialmente a Argentina, que ya atraviesa una crisis»., recordó el ministro de Economía, Martín Guzmán, el martes 22 de septiembre.

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Presentó al Congreso el proyecto de ley de presupuesto 2021, el primer gobierno de centro izquierda en el poder desde diciembre de 2019. Este texto es, según el ministro, «Un paso fundamental en el proceso de estabilización de la economía argentina y su regreso a la senda del crecimiento inclusivo y estable. «

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Tras un año de recesión en 2020 (-12,1%, según previsiones oficiales), el tercero consecutivo para el país afectado por una grave crisis a partir de 2018, el gobierno prevé un incremento del 5,5% en 2021. «Es un objetivo coherente, porque podemos creer que ya pasó lo peor en cuanto a la paralización de la actividad económica por la pandemia»., dice Matias Rajnerman, economista jefe de la consultora Ecolatina. La crisis sanitaria todavía está en pleno apogeo en el país, pero tras un primer período de cierre muy estrecho, la mayoría de las actividades económicas se han reanudado.

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Agotamiento de las reservas internacionales de divisas

La economista Ecolatina tiene más dudas sobre los pronósticos de inflación, un flagelo nacional recurrente, emitidos por el gobierno, que se espera sea del 32% en 2020 y del 29% en 2021. «Estamos planeando un 35% este año y al menos un 40% el próximo, señala. Los precios del gas, la electricidad y el agua se congelaron durante la crisis sanitaria y no se llevaron a cabo negociaciones para aumentar los salarios en cada sector. « Ponerse al día con estos aumentos (servicios, alquileres, salarios, etc.) durante la desconfinación podría conducir a un aumento en la tasa de inflación.

La depreciación del peso también debería hacer subir los precios: «El gobierno quiere ser optimista y cree que logrará calmar los mercados, nota M. Rajnerman, pero sus medidas hasta ahora no han tenido el efecto deseado. « A pesar del éxito en agosto de la reestructuración de la deuda pública en poder de los acreedores privados y la salida del país del default, la desconfianza en los mercados sigue siendo fuerte y los argentinos continúan evitando su moneda.

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