Argentina es impulsada por el rugby elitista y xenófobo
El famoso equipo de rugby de Argentina, Pumas, fue atacado luego de que surgieran tweets de ex xenófobos, sexistas y de clase. Tres jugadores están preocupados, incluido Pablo Matera: el rugby argentino se ha retirado el brazalete de capitán y el jugador de 27 años también ha sido convocado por el Stade Français, donde juega desde 2019. La dirección del club le pedirá que explique su su campeonato de rugby, que actualmente se juega en Australia.
«Buen día para salir y atropellar a los negros» ; «Odio a los bolivianos, paraguayos, etc. viene desde el momento en que el cabello de una sirvienta cayó sobre tu mesa « ; «¿Qué es una niñera embarazada trilliza?» Un juego de limpieza «… El tuit de Pablo Matera, Guido Petti y Santiago Socino, publicado entre 2011 y 2013, conmocionó a la opinión pública y fortaleció la percepción de un deporte elitista y xenófobo, practicado históricamente por argentinos de las clases sociales más ricas y que se sienten superiores al resto de sociedad.
Es posible que los jugadores de rugby se disculparan y borraron sus cuentas de Twitter, el daño ya estaba hecho. «Es la primera vez que la sociedad repudia de manera tan masiva el mundo del rugby, que antes era sagrado en Argentina»., estima Diego Murzi, sociólogo especialista en deportes, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.
«Un sentimiento de omnipotencia»
Una reputación ya dañada tras el sórdido asesinato de Fernando Báez Sosa. En enero de 2020, el joven de 19 años fue brutalmente golpeado frente a una discoteca en Villa Gesell (balneario de la provincia de Buenos Aires) por un equipo de rugby que lo llamó. «Mierda negra».
A mediados de noviembre, los fiscales convocaron a un juicio para los ocho presuntos asesinos del joven, que podrían enfrentar hasta al menos 15 años de prisión. «Los jugadores de rugby tienen un sentido de omnipotencia que proviene no solo de su clase social, su dinero, sino también de su enorme cuerpo»., Juez Diego Murzi.
“Como el tweet racista de los pumas, el asesinato de Fernando Báez Sosa responde, en mucho mayor grado, a las mismas lógicas racistas e impopulares que se reproducen en el mundo del rugby”., denuncia el sociólogo. Distingue entre el rugby y el fútbol, un deporte extremadamente popular en Argentina, donde los códigos machistas se aplican tanto como en el rugby, pero donde el racismo y el clasismo están menos extendidos.
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